Estamos realizando el comentario de la carta del 26 de diciembre de 1935. Dice el Hno. Rafael a su tía que no debemos quejarnos, pero hoy en día no escuchamos más que quejas a nuestro alrededor, y es que el anhelo que tenemos de felicidad, dentro de nosotros, nos hace buscarla en el mundo, pero al no encontrarla nos quejamos. Deberíamos pensar como S. Agustín, -Nos hiciste para Ti y nuestro corazón sólo descansará en Ti-. Nos quedamos muchas veces en las obras de Dios, pero en lo que deberíamos estar es en el mismo Dios y no en sus obras.
Sigue el Hno. Rafael comentándonos que hay días que se come el mundo en plan optimista, pero hay días que amanecen horribles, entonces hago un acto de amor a Dios y sigo adelante, porque ya nada me importa, sólo quiero amar a Dios, y si sufro, estaré sufriendo con Él, y Él enjugará mis lágrimas y me dará Su consuelo. ¡Que alegría amar así a Dios!
Terminamos, como en cada programa, orando con el Hno. Rafael con la oración titulada “Seamos egoístas en el sufrir generosos en la alegría”.