Comenzamos hoy la meditación de fecha 25 de julio de 1936, día de Santiago, y que Rafael titula “El silencio”. En el silencio es donde el monje encuentra el consuelo a sus sufrimientos, y que no pueden dar las criaturas. ¡Qué hermoso es ese silencio mientras el trapense trabaja! Unas veces está trabajando con el azadón, y otras veces casi en el cielo, pero siempre en silencio. Para Rafael el silencio es vital, porque sólo en ese silencio encuentra refugio y el bálsamo de sus dolores, porque es donde el alma monacal esconde sus delicias.
La oración con la terminamos hoy se titula “La Virgen me escucho”