El relato de hoy nos dice como lo principal no son las mortificaciones y privaciones sino el amor que pongamos en todo ello. Sin amor solo buscaremos el aplauso de la gente y su reconocimiento, y entonces, en nuestro corazón, no habrá cabida para Dios.
Jesús ha venido para cambiar los corazones y ser el dulce huesped de nuestra alma