En este tiempo de Navidad, contemplamos la obra titulada "La Natividad", del pintor italiano del siglo XVI Federico Barocci en la que representa el Nacimiento de Jesús. La obra se conserva en el Museo Nacional del Prado en Madrid.
En esta ocasión, rendimos homenaje y recordamos la figura, la mirada y el legado de Santiago Arellano Hernández, alma del programa realizado en Pamplona desde sus comienzos, fallecido el pasado 5 de diciembre. Reproduciremos la entrevista sobre Santa Teresa que le realizó Andrés Jiménez para el programa emitido el pasado 17 de octubre y charlaremos recordando a nuestro querido amigo y maestro que ahora nos sigue e inspira desde el Cielo.
Alonso Cano realizó, en 1655, por encargo del Cabildo de la Catedral de Granada, una escultura de la Inmaculada Concepción de María, destinada al tabernáculo que remata el facistol del Coro. La perfección técnica y estética de la obra, concreción de los ideales de la imaginería barroca de la escuela granadina, la convirtió en modelo y prototipo iconográfico del tema. También fue la razón por la los canónigos optaran, cuando todavía vivía el artista, por trasladarla a su actual ubicación en la Sacristía.
En esta ocasión, hablamos de la Inmaculada Concepción de María, que celebramos el próximo viernes 8 de diciembre. Ella es primicia de nuestra redención y clave de esperanza para nuestras vidas.
Hoy hablamos de las misiones jesuíticas en Sudamérica, las reducciones en las que (y a través de las cuales) los misioneros jesuitas llevaron el Evangelio a territorio guaraní en el siglo XVII; un fenómeno sin precedentes que supone un ejemplo perenne de la inculturación de la fe cristiana a través de la belleza artística.
A pocos días de la festividad litúrgica de Cristo Rey, hablamos de la belleza de Cristo, Rey del universo y de nuestras vidas, que viene a nosotros, triunfador sobre el pecado y la muerte. En su Hermosura, que excede a todas las hermosuras, admiramos el esplendor de la Divinidad, Belleza infinita, y el triunfo del Amor.
Comentamos los relieves del tímpano de la portada occidental de la Iglesia abacial de Sainte-Foy de Conques en Francia.
En esta ocasión, recordamos que 2023 es el año centenario de la muerte de Joaquín Sorolla, el gran pintor impresionista. Su gran sensibilidad de artista y su habilidad magistral como maestro del color y de la luz contagian a quien contempla sus cuadros una mirada de asombro y gozo ante la creación de Dios y ante el trabajo y la vida de los hombres. “Vio Dios que todo era bueno”. Y Sorolla nos lo hace sentir y nos ayuda a deleitarnos con su esplendor.
Hablamos del cuadro "La coronación de la Virgen" de Vicente Masip.
Hoy les propongo adentrarnos en el conocimiento de uno de los apóstoles de Jesús, poco conocido, nos estamos refiriendo a San Simón. La obra pertenece a la extraordinaria colección de obras de Rubens que se custodian y exponen en el Museo Nacional del Prado en Madrid. La obra lleva por título, San Simón y fue realizada por el pintor flamenco del siglo XVII Pedro Pablo Rubens entre 1610 y 1612. Si se acercan al museo pueden contemplarla en la sala 28.
Tras finalizar el Año Jubilar Teresiano en las diócesis de Salamanca y Ciudad Rodrigo, Andrés Jiménez conversa con Santiago Arellano sobre Santa Teresa de Jesús, mujer para todos los tiempos y para la eternidad; Santa Teresa, maestra del espíritu y mujer de acción, pero, ante todo, mujer enamorada.
La Basílica de San Francisco de Asís es una obra compleja, muy importante desde el punto de vista espiritual y también el histórico-artístico. El ciclo de la vida del Santo, pintado al fresco en la Basílica superior, es un conjunto relevante, al presentar un recorrido gráfico por su vida expresado con el lenguaje renovador de los mejores artistas del Trecento italiano.
En esta ocasión, tratamos de la conciencia, ese rincón del alma donde hablan el hombre y Dios; donde, si se cultiva y ejercita adecuadamente, se descubre la diferencia entre el bien y el mal.
Hoy hablamos de una actitud humana muy importante: el asombro ante la realidad misma.
Comentaremos una escultura de bulto redondo, en barro policromado, que representa a S. Jerónimo penitente. Fue realizada en 1525 por Pietro Torrigiano, escultor florentino compañero de Miguel Ángel, para el convento de S. Jerónimo de Buenavista, de Sevilla. Tuvo un papel fundamental en el conocimiento y arraigo del gusto renacentista en España. La obra se conserva hoy en el Museo de Bellas Artes de Sevilla.
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