Amor incondicional de Dios

Una luz en tu vida 17/08/22

Apoyado en la anecdota ocurrida al campeón automovilista Lewis Hamilton, que perdio el campeonato del mundo del año pasado en la última carrera, pero que comento lo que le dijo su padre, mientras le abrazaba: "Quiero que sepas lo orgulloso que estoy de ti", el P. Guillermo nos habla de aquel que está cerca cuando fracasamos, y que casi siempre es la familia, pero seguro que siempre, siempre, está, Dios, El Padre que nos ama incondicionalmenta hagamos lo que hagamos

Solo Dios: el hermano Rafael 10/02/20

Hoy leeremos una extensa carta de fecha 20 de diciembre de 1935, y dirigida a su tía María. En esta carta cuenta a su tía lo mal que corresponde a los regalos del Señor, que se cansa de la oración, que no sale de la Eucaristía sin sentir nada, pero entiende que debe vivir con sus flaquezas para aprender a ser humilde, porque es muy bonito hacer heroicidades cuando es un deseo propio, pero que mal se viven cuando es Voluntad de Dios. Mi amor a Dios, prosigue el Hno. Rafael en su carta a su tía, es tan pequeño, que me siento tan pequeño, tan nada, que no me entiendo, pero Dios si me entiende y me quiere a pesar de mi nada. Al final creemos, continua Rafael, que para ser santos necesitamos hacer muchas cosas, pero no es así, El Señor nos irá diciendo que sólo hay un camino, Dios mismo, amándole como podamos, de esta manera seremos santos por amor.

Una luz en tu vida 17/08/22

Apoyado en la anecdota ocurrida al campeón automovilista Lewis Hamilton, que perdio el campeonato del mundo del año pasado en la última carrera, pero que comento lo que le dijo su padre, mientras le abrazaba: "Quiero que sepas lo orgulloso que estoy de ti", el P. Guillermo nos habla de aquel que está cerca cuando fracasamos, y que casi siempre es la familia, pero seguro que siempre, siempre, está, Dios, El Padre que nos ama incondicionalmenta hagamos lo que hagamos

Solo Dios: el hermano Rafael 10/02/20

Hoy leeremos una extensa carta de fecha 20 de diciembre de 1935, y dirigida a su tía María. En esta carta cuenta a su tía lo mal que corresponde a los regalos del Señor, que se cansa de la oración, que no sale de la Eucaristía sin sentir nada, pero entiende que debe vivir con sus flaquezas para aprender a ser humilde, porque es muy bonito hacer heroicidades cuando es un deseo propio, pero que mal se viven cuando es Voluntad de Dios. Mi amor a Dios, prosigue el Hno. Rafael en su carta a su tía, es tan pequeño, que me siento tan pequeño, tan nada, que no me entiendo, pero Dios si me entiende y me quiere a pesar de mi nada. Al final creemos, continua Rafael, que para ser santos necesitamos hacer muchas cosas, pero no es así, El Señor nos irá diciendo que sólo hay un camino, Dios mismo, amándole como podamos, de esta manera seremos santos por amor.