En el programa de hoy continuamos leyendo el capítulo segundo de la tercera parte del libro. El autor está reflexionando sobre el peligro que supone para el hombre que no tiene una afianzada vida interior, lanzarse al apostolado de obras exteriores. En el programa anterior comenzó a narrar el proceso que sigue un alma en estas condiciones. Relata el proceso de un hombre de buenas costumbres, piadoso y buenas cualidades naturales, pero su oración es superficial y tiene muy poca vida interior. Está lleno de ardor y dispuesto a trabajar y entregarse con celo al apostolado de obras, ahora se enfrentará a nuevas situaciones y peligros, nuevas ocasiones de pecado que quizá no está preparado para afrontar. Experimentará la vanidad, la envidia, la presunción etc. y con la excusa de tener muchas ocupaciones no se para a orar ni a meditar. El demonio convertirá ese ardor por las obras en febril pasión a la que será difícil contenerse. En este punto comienza el capítulo de hoy.