Seguimos analizando la carta a los Romanos y, tras presentarse como "siervo de Jesucristo", San Pablo dibuja el panorama de depravación de la sociedad de entonces, que es como ahora, fruto del abandono de Dios sufriendo en sí mismos las consecuencias. No hay excusas, pues todo hombre lleva impresa en sí la ley natural.