Continuamos con la lectura de la carta de fecha 1 de Noviembre de 1937, y dirigida al hermano Tescelino Arribas Gimeno. Le dice en esta carta que no le va a enviar el diario prometido, porque le bullen en la cabeza tantas cosas que prefiere no contarlas, sino meditarlas en silencio. El diario que le mandaría sería el de un inútil, un enfermo, nada, porque sólo Dios es capaz de llenarnos. En mi caso, dice el Hno. Rafael, soy una pobre alma que quiso volar, y Dios le corto las alas, y le mostró lo que era, un poquito de basura. Entonces, lo mejor es dejarse llevar por Dios. Dice lo siguiente: Suponte que estas en tu casa enfermo, sin valerte para nada, y pasa por tu puerta Jesús rodeado de pecadores, y te llama, y le ves esos ojos preciosos, ¿Tu que harías? ¿Le dirías, si, pero si me sanas, o me das un enfermero? Ante sus ojos, te hubieras levantado para seguirle sin importar nada. Cada vez me pesa más la cruz, pero cada vez pienso en esto “sólo Dios”.
En la segunda parte comenzaremos el comentario a esta carta. Lo primero de todo es comentar el diario que dice Rafael, él se siente nada, es más se siente basura amada por Jesús. Lleva un camino de insignificancia en el que solo busca pasar por el mundo sin que nadie se entere, porque la vanidad no te deja centrarte en Dios
Terminamos con la oración del hermano Rafael, titulas “Querer mucho a Jesús”.