Comenzamos el programa de hoy con la lectura de la carta de fecha 26 de noviembre de 1935 y dirigida a su tía María, duquesa de Maqueda. Es respuesta a carta anterior de la duquesa, y en ella le agradece sus consuelos cuando más falta le hace. Como siempre ha ido delante del sagrario para contarle a Jesús lo que le dice su tía y la alegría que le supuso saber que Jesús le escuchaba y que le amaba. Fuera tristezas y preocupaciones al sabernos amados por Dios.
Comentaremos dos cosas de esta carta; primero, la felicidad y la alegría que le causa el haber estado con Jesús; y segundo, la cruz y el dolor por no poder entrar aún en el monasterio.
En la segunda parte del programa leeremos la siguiente carta, escrita el 27 de noviembre de 1935, a la duquesa de Maqueda. Conviene destacar la importancia del silencio para escuchar y decir lo realmente importante, también lo precioso que es encomendarse a la Virgen a la hora de realizar cualquier cosa, porque el amor a nuestra Madre debe estar siempre en nuestras almas hasta volvernos “chiflados”.