Hoy comentamos la meditación de fecha 5 de febrero de 1938, de la sección "Dios y mi alma" y titulada "Que bueno eres, Señor, y cuanto me quieres". ¡Como pasan los días y que poco nos damos cuenta! Deberíamos pensar en lo que estamos haciendo con nuestra vida y cuanto nos ama Dios. Dios me ha traído a la Trapa, dice el Hno. Rafael, a enseñarme a amarle, aunque sea a base de sufrimientos y penitencias, pelando nabos, envolviendo pastillas de chocolate, que son obsequios al amor de Dios
En la segunda parte leeremos la meditación del 12 de Febrero de 1938, de la misma sección, Dios y mi alma, y de título "El mayor consuelo es no tener ninguno". Consuelo de todo lo que es hacer lo que Dios quiere, antes me hacían sufrir, ahora me dan igual. ¡Que hermosa profesión haré el día de mi muerte! Solo Dios, solo Dios, solo Dios.
Terminamos con la oración del Hno. Rafael “La verdadera felicidad es amor a Dios”