DEDICACIÓN DE LAS MURALLAS:
El pueblo se compromete ahora a aceptar la reforma propuesta por Nehemías. El autor sagrado sitúa aquí este pacto, una vez escuchada la proclamación de la Ley hecha por Esdras y después de que el pueblo haya reconocido sus pecados ante Dios. De esta forma se realza la unidad entre la obra de Esdras y la de Nehemías y se constata que el pacto tenía como fundamento la Ley proclamada por Esdras. Finalmente llegó el momento tan esperado por los deportados que habían regresado a restaurar la ciudad de Jerusalén: Concluidas las obras y repoblada la ciudad y sus alrededores, tuvo lugar la dedicación solemne de las murallas.