PROCLAMACIÓN DE LA LEY:
Una vez reconstruidos los muros de la ciudad de Jerusalén, Nehemías hace un censo de la población y el día uno del mes séptimo todo el pueblo se reúne en la explanada del Templo para escuchar la Ley. El gobernador Nehemías, el sacerdote Esdras, que leía, y los levitas, que instruían al pueblo, dijeron a todos: ¡Hoy es un día santo para el Señor, vuestro Dios! La lectura de los libros de la Ley se convirtió en el medio de encuentro más importante entre el pueblo y Dios. Después de escuchar la proclamación de la Ley, el pueblo confiesa sus pecados y reconoce la benevolencia con que Dios les ha tratado una y otra vez.