La carta que escucharemos hoy es del 30 de septiembre de 1934, y va dirigida a su abuela Fernanda Torres, en ella le pide disculpas por no haberla escrito más a menudo, y utiliza estas disculpas como ejemplo de la de veces que debe pedir perdón a Jesús, y de la confianza en su perdón. También le cuenta como es la unión de todos los monjes en la Trapa, tanta que en silencio se entienden perfectamente. Por último le dice que los laicos también deben amar a Dios y deben tener un comportamiento adecuado con el amor a Dios. El amor a Dios debe ser único, porque único fue el Sacrificio de Cristo. No deberíamos perder el tiempo en cosas del mundo.
En la segunda parte comentaremos cosas de esta carta que nos harán comprender la espiritualidad del Hno. Rafael, como es el caso de sus deseos de felicidad estando unido a los coros de los ángeles para dar gloria a Dios. De nuevo Rafael nos habla de la necesidad de silencio para poder entender las cosas del cielo y de la tierra. Detrás de todo vemos un corazón enamorado de Dios.
Terminamos con la oración del Hno. Rafael titulada "Camino del trabajo"
Leeremos la carta de fecha 29 de septiembre 1934 y dirigida al Sr. Marino del Hierro, en la que da respuesta a la última de este. Se centra, el Hno. Rafael, en las ayudas de Dios para seguir nuestro camino. Al principio nos lo va marcando claramente, pero según se va progresando parece como que el Señor se oculta, pero no por esto nos debemos desanimar, es que va probando nuestros progresos. Más merito tiene trabajar cuando tenemos desolación y desánimo. Algo parecido nos ocurre con la oración, que no siempre está llena de consuelos.
En la segunda parte vemos como el Hno. Rafael abre su corazón a D. Marino del Hierro y le va indicando una serie de cosas fundamentales como es, para él, la comunión diaria y no sólo los domingos. Otras cosas a destacar de la carta son el tema de la “Noche oscura”, el de la Lectura espiritual con la Palabra de Dios, y, sobre todo, el tener muchos instantes de la vida dedicados a la Madre de Dios.
Por último el Hno. Rafael le habla a su amigo Marino de la confianza en Dios, pero también de la necesidad de las oraciones y apoyos de los hermanos, porque la fe se ha de vivir unidos a los hermanos.
Terminamos con la oración del Hno. Rafael “Señor, tómame a mí, y date Tú al mundo entero”
Continuamos, en este programa, con la lectura del escrito del Hno. Rafael “Apología del trapense”. En esta ocasión el Hno. Rafael nos cuenta la tristeza que sufre cuando ve los sagrarios olvidados, y lo poco que él puede hacer para desagraviar al Señor. Si este Dios que se oculta fuese más visitado, el mundo sería más feliz. Todos los conflictos sociales desaparecerían si Dios fuese más amado.
En el mundo es más que necesario el silencio para poder hacer oración, para interceder ante este Dios tan ofendido. Esto es lo que hace el trapense, apartarse del mundo, y en silencio y de rodillas, habla con Dios. ¿Qué sería del mundo sin esta oración?
Hoy leeremos un escrito del Hno. Rafael, “Apología del trapense”, no es una carta como las que estamos leyendo y analizando, es más una reflexión sobre lo que él entiende sobre lo que es la vida de un trapense. Escribe estas reflexiones, dice el propio Hno. Rafael, porque es un esparcimiento para su alma y porque, teniendo tiempo, así intenta dar gloria Dios.
El trapense, lo primero que debe pensar y hacer es en cumplir la voluntad de Dios, amándole sobre todas las cosas y dejándose amar por Él. El mundo no ve la utilidad de estar encerrado en un monasterio para hacer solo eso, y es que el espíritu del mal y del mundo se mete en todo. No es cobardía dejar el mundo, hace falta mucho valor para dar el salto de la entrega total a Dios.
Seguimos, en la segunda parte del programa, con la lectura de esta meditación. En esta parte alaba las gracias que Dios nos concede a través de María, La Virgen, pero vuelve, enseguida, al problema de las almas en medio del mundo, y a lo bonito que es entrar en la Trapa para alabar a Dios. Nos dice que no es un desengañado de la vida, sino que prefiere la alegría de ser un buen trapense, alabando a Dios, que ser un gran arquitecto.
Comenzamos con la lectura de la carta del 18 de septiembre de 1934, y dirigida a su , ya, amigo, Marino del Hierro. Le comenta el Hno. Rafael que aunque Marino no sepa corresponder al amor de Dios ya todos sus beneficios, no se deje llevar por la pena, pues no hay criatura alguna que corresponda a Dios como Este se merece, y el querer amar a Dios ya es amarle. Ya es una gracia el saber que Dios nos ama. Le pide, por último, que humildemente se deje amar aunque luego no corresponda.
En la segunda parte del programa comentamos algunos puntos importantes de esta carta para entender la espiritualidad del Hno. Rafael. En primer lugar, destacamos que somos muy poco generosos los hombres, porque amamos cualquier cosa, pero nos cuesta amar a Dios, aunque solo sea un poco. También debemos destacar aquello que más agrada a Dios que no son las penitencias sino la humildad puesta en todo acto de la vida, y que no llegamos a poner humildad en todo, que no nos desesperemos, porque esto no es virtud. Por último, recomienda el Hno. Rafael que en temas de apostolado lo mejor, antes de hablar a los demás de Dios hay que hablar con Dios. Termina la carta con el consejo de rezar mucho a la Virgen. Terminamos con la oración "Sólo la caridad hace feliz"
Hoy leeremos la carta del 15 de septiembre de 1934, dirigida a su tía Rosa Calvo. También a ella le cuenta las ganas de volver a la Trapa y, sobre todo, le pide que pida por él.
Termina la carta hablando de la vida en la Trapa en la que todo gira en torno a Jesús, y la mayor preocupación es hacerse santos.
En la segunda parte comentamos esta carta, y resaltamos que, como se ve tan recuperado, esta deseando volverse al monasterio, pero sobre todo porque cuando se ha gustado el amor de Dios ya no se quiere otra cosa, es más, llega a decir que su enfermedad es una prueba del amor de Dios.
Conviene destacar lo que le llama la atención como es la vida en el mundo si la comparas con la vida dentro del monasterio, por esto los trapenses realizan ese apostolado, que es ofrecerse dentro, por lo que están fuera.
Terminamos con a oración titulada "Amor entrañable al prójimo"
Hoy leeremos la carta del 15 de septiembre de 1934, dirigida al P. Francisco Díez Martínez, monje de la Trapa. Le habla del convencimiento de la respuesta a su vocación dentro de la Trapa, y de la importancia de las oraciones para que persevere. Cabe destacar como sigue comentando las mejoría que va sintiendo en su enfermedad, pero que lo principal es sus ganas de volver, y que desea la salud es para poder regresar. Pero hay una cosa que llama poderosamente la atención, el cariño a Sta. Teresa del Niño Jesús, cuando hace muy poco de su fallecimiento, pero despierta admiración.
En la segunda parte seguimos con la misma carta, en la destacamos la importancia del silencio para los hombres, y el cariño a su hábito, y las ganas de volver a vestirlo. Él ha decidido una cosa, “ha cogido el arado y no quiere volver la vista atrás”. Sabe que le espera la cruz, pero eso no le importa, solo quiere hacer lo que Dios le pida. Terminamos con la oración “Caridad y el amor a los demás”
NoSeguimos con el comentario de la carta del 3 de septiembre. Cabe destacar lo que dice el Hno. Rafael sobre las pruebas que nos manda El Señor, y de cómo los hombres nos sublevamos con Dios, porque lo que buscamos en un Dios que nos consuele y nos haga la vida fácil. “Santo quieres ser, tu hermanos te lo van a hacer”. Deberíamos amar las pruebas que Dios, las que la voluntad de Dios nos envíe.
Cuando tengamos pena por la vida pasada, dejemos todo a la misericordia de Dios, porque ya pasó, y los pecados ya nos los perdonó y olvidó para siempre.
En la segunda parte del programa plantearemos varios temas: El miedo a la muerte que tiene la gente en la actualidad, y como se aferra a esta vida como si no hubiese una vida eterna. Pidamos fe en esa vida eterna. También veremos la importancia de celebrar la eucaristía diariamente, comulgando en ella, tener tiempo de oración ante el sagrario y rezar todos lo días el Rosario. Y por fin la importancia del confesor habitual o del director espiritual.
Terminaremos con la lectura parcial de la carta P. Vicente Pardo Feliú, del 3 de septiembre de 1934, en la que el Hno. Rafael le habla del estado de su enfermedad; para finalizar con la oración “Amar a Dios y al prójimo”.
Proseguimos con las diez cartas del mes de septiembre de 1934. El Hno. Rafael sigue escribiendo al Sr. Marino del Hierro, en respuesta a la contestación a la carta pasada. Esta corresponde al 2 de septiembre de 1934, en ella le dice que Dios le esta sosteniendo a pesar de que parezca que no está, pero que es preciso amarle sobre todas las cosas, como hicieron los santos y podemos hacer nosotros. Le dice, también, que nada importan las penas y las lágrimas, solo Dios importa.
En la segunda parte comentamos la carta mencionada del 2 de septiembre, sobre todo veremos los problemas provenientes de la depresión que pueden llevar al suicidio.
En la primera parte del programa continuaremos con el comentario a la carta del 20 de agosto de 1934. Veíamos el tema de las caídas y el volver a levantarse siempre, porque en la vida espiritual todo será lucha hasta la muerte. El Hno. Rafael nos da un buen consejo para esto, vivir la vida sencilla pero puesta en el Señor, y no dejar nunca la comunión de cada día.
En la segunda parte seguimos comentando esta preciosa carta. Resalta el Hno. Rafael la importancia del don de lágrimas. Ninguna lágrima derramada por Dios se desperdicia.
Continuamos con el comentario de la carta del 15 de agosto de 1934, al Sr. Marino del Hierro. Refleja como en la actualidad seguimos viviendo en un tiempo martirial, porque si das testimonio de tu fe eres criticado y, a veces incluso, odiado. Las pasiones desatadas y los odios hacen que no hagan falta las fieras de los circos romanos.
Continuamos con otra carta del 20 de agosto de 1934, también dirigida al mismo Marino del Hierro en que el Hno. Rafael abre el alma de par en par a este señor, y le recomienda que no se deje, y que no se canse de levantarse después de cada caída, que no dé importancia alguna a su falta de letras, lo principal es buscar la salvación, y que no deje de acudir a los sacramentos, y que sería bueno que tuviese un confesor fijo
Hoy comenzamos el programa leyendo la carta de fecha 15 de agosto de 1934 dirigida al Sr. Marino del Hierro, amigo de un hno. Trapense, el Hno. Tecelino. Aquel acaba de descubrir a Dios y que está pasando por algunas dificultades, pero hasta ahora desconocía de la existencia del Hno. Rafael. Le habla a este de la lucha por Cristo y de la superación de las tentaciones del demonio, abrazados a la Cruz.
En la segunda parte se comenta la carta mencionada, resaltando como el Hno. Rafael, que sabe de sufrimientos corporales y espirituales, lleva a D. Marino del Hierro a la importancia de la dirección espiritual sobre todo para guiar ante las tentaciones de desesperación del demonio
Comenzamos el programa haciendo un breve comentario a la carta del 11 de agosto de 1934 que leíamos la semana pasada. No es muy normal que lo haga, pero en esta carta nos habla del pecado, de la rebelión del hombre contra lo que Dios le envía, rebelión contra Su Voluntad. ¡Cuánto me quiere Dios y que mal le respondo! Aceptemos, con amor, los planes de Dios para nuestra vida.
Continuamos con la carta del 12 de agosto de 1934, y dirigida a su tío “Polín”, junto con esta le pasa las cartas que su madre le envió a la Trapa para que conozca el ofrecimiento por parte de su madre y, también, de su padre.
En la segunda parte haremos un comentario a esta carta dirigida a su tío Polín leída en la primera parte, sobre todo lo mal entendida que es la vida monacal por parte del mundo.
Seguimos analizando la larga carta de Rafael a su tía María con fecha 23 de Julio de 1934. Esta vez cuenta lo que le impresionó la partida de un enorme buque, y como le hizo pensar que un golpe de mar puede hundir ese barco. Le hace pensar que los hombres hacemos grandes cosas, pero cosas efímeras, y que las cosas de verdad importantes no son valoradas, sobre todo el estar junto a Jesús en el Sagrario. ¡Cuánto nos toca reparar! Piensa Rafael.
En la segunda parte veremos al Hno. Rafael, un poco más recuperado, visitando la Trapa durante una semana, y como se lo cuenta a su abuela en la carta del 9 de agosto de 1934. Terminaremos el programa leyendo la carta del 11 de agosto de 1934, y dirigida al P. Maestro de novicios. Le relata como va evolucionando tanto en lo físico como en lo espiritual, y la aceptación de todo lo que le está enviando Dios.
Continuamos con la carta del 23 de Julio de 1934 a su tía María. En ella relata el episodio en que el Hno. Rafael desea postrarse delante de toda la comunidad en el refectorio por cometer algún error, pero descubre que está buscando su deseo y no la voluntad de Dios. Cuando Dios quiso ocurrió el desastre mayor, y así Rafael dejo de pedir mortificaciones personales. Hay algo mejor que los cilicios que es conformarse con la Voluntad de Dios. “Todo lo permite Dios para el bien de mi alma”.
En la segunda parte contemplamos lo que dice Rafael, “Jesús es tan bueno conmigo que todo me lo perdona”. Busquemos a Dios como el único amigo confidente.
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